Raices I

Cuando el murmullo comenzó la conciencia aún no emitía sus bellas palabras, de a poco me sumí en el letargo azulado recordando aquellos días de niñez en que cada minuto era una oportunidad eterna de embriaguez lozana y fecunda, de esa que aleja el adolecer y te acompaña como la miel.

Al parecer los pasos retumbaban en mis oídos recordándome la siesta de mi interés y un suspiro profundo hizo oir la explosión circundante que se veía aparecer tal como una ráfaga de viento en un dia de sol....no me perteneció.

Aún así la quietud se apoderó de mi piel y mi sangre tibia parecía congelarse con cada hoja que se pegaba a mi rostro

Las raíces de mi árbol comienzan a ser profundas lo que hace bombear mi tibia sangre otra vez, ...también puedo ver otros árboles.

Dana